miércoles, 30 de julio de 2014
Rake and broom
El atardecer trajo carencias
y un aire viciado
con residuos de cristal
del vaso de los verbos.
El ardor aún en las pieles,
invitando a bajar del escenario
por la puerta de atrás.
Vi gente pasear.
Llevando a cuestas los zapatos,
de suave euforia
de brillante cansancio
de áspero anhelo.
Y un perro dando vueltas
en el aparcamiento
me miraba,
como queriendo preguntar
los porqués del universo.
Al final lo perdí de vista
se fue en busca de sus sueños,
o de comida.
Como todo el mundo.
La brisa suavecita
como caricias que no se darán
susurraba al viento
que le contara sus secretos.
O los miedos.
Que viene a ser lo mismo.
Se desmigajó el tiempo
y de las miguitas
brotaron nuevos tallos
de una felicidad
que se instaló hermética
en los pliegues del momento.
Con los huecos deshechos
y los nudos cosidos
regresé a casa.
Era ya de noche.
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