El viajero
El peso del paso en la espalda
la determinación infinita
las manos en los bolsillos
y la mirada cortando el horizonte.
Decides emprender el camino
y con mimo artesano, avanzas.
Te encuentras sediento
hilando a pulso el recorrido
tallando minucioso los surcos
cincelando a golpe seco
los nuevos encuentros
cocinado con leña las ilusiones
amasando con tacto los nudos
en la garganta, vacía de ruidos...
La mente hierve adormecida
el toque de queda ha impuesto
su losa silenciosa.
Soltar el lastre, coger al frente.
Inventar de nuevo, hacia adelante
cambiar el rumbo.
Crear, en otro lugar.
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