miércoles, 15 de diciembre de 2010
Piedra, papel o tijera
Tu ausencia de palabras
evoca otra ausencia de palabras.
Tus silencios,
otros silencios que ya fueron.
Rompe este espacio inaceptable
con la sinceridad
que se presupone asesina,
pues lejos de golpearme
ha de absolverme de estas cadenas.
Gritando en lo alto de la negra cima
¿cómo no puedes escucharme?
Déjame alzarme en libertad
ayúdame a retomar el trayecto.
Empújame al abismo del vacío
lejos de estos días muertos.
Las noches son de nuevo eternas,
este dolor es aquel dolor
esta angustia es aquella angustia.
Incertidumbre que desgarra herida,
que araña, muerde y golpea
enrojecidas cicatrices subterráneas.
Corta con tu voz
los hilos que aún retienen,
para poder correr en otra dirección.
Déjame soñar con volver a sentir
el viento acariciando mi cara.
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