martes, 31 de mayo de 2011

Cuando las arruguitas sonríen


Era el río el que le iba enseñando cosas. De él aprendía incesantemente.
Lo primero que aprendió fue a escuchar, a prestar oído con el corazón en
calma, con el ánimo abierto y expectante, sin apasionamiento, sin deseos,
juicios ni opiniones.


Siddhartha (Hermann Hesse)